La granja El Enebral comienza sus mañanas temprano, al ritmo que marcan algunos de sus habitantes: las cabras y las ovejas. La primera actividad del día consiste en dar de comer a los animales de la granja. Se hace antes incluso de ir a desayunar, a las nueve menos cuarto en punto. No te la puedes perder.
Se trata de uno de los momentos más divertidos del día y una ocasión que los niños viven con especial ilusión.
La primera actividad del día con niños en la granja El Enebral
Todas las familias seréis citadas a esa hora junto a la zona del establo. Aún no han dado las nueve de la mañana y los que llegan un poco rezagados ven cómo los más pequeños ya están preparados en círculo.
Entonces, Juanjo, el granjero, reparte alfalfa prensada para que todos tengan ocasión de alimentar a los animales.
Si hay algo que hace diferente a la granja El Enebral es la calidad humana de todo el equipo. Juanjo representa bien los valores de este lugar por su amabilidad y cercanía. Siempre está de buen humor y eso se contagia. Desde el primer momento se nota su pasión por la naturaleza, que consigue transmitir a los niños, involucrándoles a vivirla desde dentro, y no como meros espectadores.
De la mano de Juanjo los más pequeños se convierten en granjeros y conocen a los animales. Todo empieza con un grito de guerra:
- “¿Estáis todos preparados para que abra las puertas de las ovejas y las cabras?”
Y todos los niños tienen que responder con fuerza, para que la cuerda se eleve, tire del portón y, por la rampa empiecen a bajar corriendo los animales. Ya conocen lo que viene a continuación y no dudan en acercarse a las manitas de los niños, que les esperan abiertas, ofreciendo su desayuno favorito, la alfalfa.
El establo de El Enebral
El establo y el corral de El Enebral están construidos al modo tradicional, con madera y paja. Allí viven Dulce y Lucero, dos de nuestras cabras que viven felices y disfrutan de su día a día, sobre todo, cuando las visitan niños.
Como ellas, hay muchos animales viviendo en la granja. Algunos nacieron aquí y otros fueron adoptados. La sostenibilidad y la ecología son importantes para nosotros y también para la educación de los más pequeños, y sabemos que los valores calan más hondo cuando el contacto con la naturaleza es real.
Aquí los niños pueden coger huevos recién puestos del corral, conocer a un conejito bebé, tocar el pelo de una cabra o alimentar a un cordero. Es un viaje diferente lleno de instantes inolvidables.
Tus hijos, granjeros por un día
Ver las caras de tus hijos en el momento de alimentar a las cabras y ovejas es toda una experiencia, porque lo disfrutan al máximo. Y el que quiere, puede repetir. Además, se nota que son animales acostumbrados a los niños. Pero no son los únicos que pueden visitarse en El Enebral.
En la granja, aparte de las cabras, ovejas y corderos, hay muchos más:
- Gallos.
- Gallinas.
- Conejos.
- Caballos.
- Ponys.
- Burros.
Los niños pueden entrar al corral a estar con ellos y jugar. Allí, se les da la posibilidad de coger en brazos a los conejos más chiquitines: la vivencia es inolvidable y suelen salir algunas de las mejores fotos. Es una de las cosas que más disfrutan y no sólo durante la mañana, ya que el acceso es libre, para que los niños puedan entrar y salir cuantas veces quieran.
Al cabo de un rato, el propio Juanjo te dice que puedes ir a desayunar. Todos los niños se van a lavar las manos rápidamente porque, después de probar el trabajo de granjeros y el aire fresco de la mañana se les ha abierto el apetito. Lo que les espera sobre la mesa les pondrá de buen humor, aunque de eso hablaremos en otro post, la experiencia lo merece.